Había una vez en un reino lejano, una princesa llamada Isabella.
La princesa era muy hermosa y tenía un corazón bondadoso, pero a menudo se sentía sola en su gran castillo. Un día, mientras caminaba por el jardín, encontró un pequeño sapo que hablaba y le pidió ayuda para convertirse de nuevo en un príncipe.
Isabella, conmovida por la historia del sapo, decidió ayudarlo y lo llevó a su habitación para cuidarlo. Allí, el sapo le contó que había sido transformado por una malvada bruja que lo había maldecido y que solo un beso de amor verdadero lo liberaría de su hechizo.
La princesa, con su corazón lleno de compasión, decidió ayudar al sapo y lo besó en la mejilla. De repente, el sapo se transformó en un príncipe guapo y valiente, agradecido por la ayuda de la princesa.
El príncipe le contó a Isabella que su reino estaba en peligro por culpa de la misma bruja que lo había maldecido. La princesa, con su valentía, decidió ayudar al príncipe a salvar su reino y juntos derrotaron a la malvada bruja.
A partir de ese momento, el príncipe y la princesa se enamoraron profundamente, y juntos gobernaron los dos reinos en paz y armonía.
Preguntas de reflexión:
1. ¿Qué valores demostró la princesa Isabella a lo largo del cuento?
2. ¿Por qué es importante ayudar a los demás, incluso a aquellos que parecen diferentes o extraños?
3. ¿Cómo podemos aprender de los cuentos de hadas para aplicarlos en nuestra vida cotidiana?
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